Blog Popeye / La molesta piel de naranja
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La molesta piel de naranja

La molesta piel de naranja

Es un hecho. La piel de naranja es un problema que predomina en las mujeres. ¿La razón? Genéticamente la grasa en el sexo femenino se distribuye de preferencia en las piernas, glúteos y abdomen, que son las áreas más afectadas. En los hombres, en cambio, esa repartición de material adiposo predomina en el abdomen y la espalda. Es por eso que la llamada lipodistrofia ginecoide en su mayoría se da en mujeres.

La doctora Natacha Quezada, dermatóloga especialista en dermatocosmiatría, rejuvenecimiento y cicatrices de Red de Salud UC CHRISTUS, explica que al acumularse la grasa en dichas zonas se produce un aspecto de piel gruesa irregular.

Pero ¿por qué se produce? Los adipocitos o células de grasa se acumulan por grupos, que están divididos por paredes fibrosas similares a un panal de abejas. Al respecto, la especialista señala: “Al engordar, aumentan las células grasas y estas paredes no pueden contener ese volumen, lo que da un aspecto discontinuo a las piernas y glúteos. Esto se ve agravado con la flacidez cutánea natural que se produce con los años”.

El tejido graso no solo es una reserva de energía, también posee un rol importante en el metabolismo celular. “Se cree que tiene un papel hormonal todavía no bien esclarecido. Recordemos que a partir de la grasa podemos extraer células madre. Los adipocitos, al ser células de reserva, requieren poca circulación sanguínea, lo que favorece el edema (hinchazón) local o la retención de líquidos corporales. Los factores de riesgo son claros: sobrepeso, sedentarismo, consumo excesivo de sal y abuso de bebidas gaseosas”.

Estilo de vida saludable

Para prevenir y disminuir este problema la alimentación es muy importante. “Lo ideal es consumir poco sodio y mantener un régimen variado, saludable e hipocalórico. La hidratación es vital, porque favorece el metabolismo celular adecuado. Para mantener un buen funcionamiento corporal son necesarios de cuatro a ocho litros de líquido diarios y evitar el abuso de bebidas gaseosas”, señala.

Las verduras son muy aconsejables para contrarrestar los efectos de esta afección. Berenjena, pepino, tomate o cebolla nunca pueden faltar en la dieta. Los cereales, el arroz o el pan también se recomiendan, siempre y cuando sean integrales. Si se va a consumir leche, esta debe ser descremada, al igual que el resto de los lácteos. Una alternativa es ingerir preparados a base de soya.

La actividad física es indispensable, ya que posibilita el desarrollo de la musculatura e impide que se acumule exceso de grasa. Además, una vida activa favorece la circulación, mejora el retorno venoso y evita así la retención de líquidos.

Masajes y cremas cosméticas

La receta irremplazable para prevenir la aparición de la piel de naranja –enfatiza la dermatóloga– “es controlar el sobrepeso, mantener un régimen adecuado y realizar ejercicio físico rutinario. Sin ello es imposible pensar en un tratamiento. Existen en el mercado cremas con sustancias antiinflamatorias. Otras que favorecen la circulación periférica. Y algunas que buscan fortalecer la elasticidad cutánea. Pero los resultados son muy leves si su uso no se acompaña de dieta y actividad física”.

Los productos tópicos se potencian con masajes manuales que buscan evitar el depósito de líquidos en la zona y favorecer el retorno venoso, lo que conocemos como drenajes linfáticos. “La tecnología se hace presente con máquinas que emiten calor para estimular el colágeno, energía que compacta la grasa asociada a un drenaje linfático mecánico. Inicialmente se deben realizar varias sesiones –una o dos veces por semana– y luego otras mensuales de mantenimiento. El problema con estos métodos es que son operadores-dependientes. Es decir, si el masajista no hace funcionar adecuadamente su máquina, no se evidenciarán los beneficios e, incluso, en algunos podrían ser perjudiciales”.

La especialista agrega que en los casos extremos se puede realizar “un tratamiento quirúrgico llamado sub-incisión, en el cual se rompen las paredes fibrosas para liberar el tejido y darle un aspecto liso. Sin embargo, esta intervención está indicada únicamente cuando las irregularidades en la piel generan una gran deformación”.

¿Celulitis o piel de naranja?

Es común ver en las publicidades de los centros de estética ofrecimientos para terminar con la celulitis, cuando en realidad se están refiriendo a la piel de naranja. Es importante hacer la distinción entre una y otra. La celulitis es una enfermedad que, sin el tratamiento adecuado y oportuno, puede ser muy peligrosa. “Desde el punto de vista médico, celulitis significa infección del tejido celular subcutáneo, proceso grave que se acompaña de fiebre, malestar general y síntomas de una verdadera infección bacteriana. Si no es tratada puede ser fatal. La piel de naranja o lipodistrofia ginecoide es un proceso cosmético cuyo síntoma principal es el aspecto antiestético, el cual puede ser mejorado principalmente con una dieta adecuada y ejercicio diario”, aclara la doctora Quezada.

 

Fuente: Red de Salud UC CHRISTUS.